jueves, 16 de diciembre de 2010

Gaga estuvo haciendo yoga en Madrid.



"Hi, I'm Gaga". Con este normal y cordial saludo la reina de la excentricidad se presentaba en un centro deportivo en la calle Barquillo en Madrid, un día antes de su polémico concierto en la capital española. Lady Gaga pasó sus horas más secretas charlando y practicando bikram con Keila Velón, especialista en este tipo de yoga, a quién sorprendió gratamente con su casi normalidad.

Lady Gaga llegaba a las 16 horas al Bikram Yoga Center después de haberse asegurado de que tendría la privacidad necesaria para poder concentrarse única y exclusivamente en el ejercicio. Faltaban horas para su polémica puesta en escena en el Palacio de los Deportes de Madrid, y la diva del pop decidió aprovechar un hueco en su agenda para practicar esta disciplina a la que es asidua desde hace cinco años, un yoga que se hace a 42 grados de temperatura y al 50% de humedad.

"Llamaron del Hotel Villamagna (donde se alojaba), y nos preguntaron si dábamos clases particulares. Mi jefe me lo pidió a mi, pero no nos dijeron de quién se trataba", relató Keila Velón, monitora de Lady Gaga en Madrid.

"Los de seguridad vinieron primero a ver el centro y a comprobarlo todo. Entonces me di cuenta de que venía alguien famoso. Nos pidieron por favor que no hubiese nadie en el centro y vinieron a las 16 horas, una hora en la que normalmente estamos cerrados", continuó su narración la especialista.

Aunque se podría esperar un comportamiento mucho más extraño y místico, la artista llegó en coche hasta la puerta del centro se bajó tranquilamente del coche y le dio la mano a la que sería su profesora.

La intérprete de 'Bad Romance' llegó vestida más o menos en su línea, con el pelo cardado y exceso de rubio en sus cejas. Lucía unas gafas negras, una chaqueta de cuero y unas medias de rejilla con sus habituales tacones.

"Para hacer la clase le pregunté si quería que le prestásemos algo de ropa, pero ella me dijo que tenía y apareció en bragas y en sujetador y con un pañuelo en la cabeza. Ya sin el cardado, que me imagino era un postizo que se quitó", confesó Keila Velón.

Según la experta en bikram que acompañó a la estrella durante algo menos de dos horas, Lady Gaga llegó acompañada por cinco personas, una de las cuales era un fotógrafo privado que entraba cada poco para retratarla practicando.

"Durante la clase estuvo muy concentrada y no hablaba casi, pero ya en el vestuario estuvimos charlando sobre todo del bikram. De lo que te cambia la vida", destacó asombrada Keila por la moderación de Gaga. "Es una tía estupenda, estábamos así, como 'marujas’. Ella, con su toalla enrollada, hablando conmigo tan normal", dijo. Pero la cercanía y naturalidad de la extravagante artista no fue lo único que sorprendió a Keila. "Lo hace fenomenal, tiene muy buena práctica", explicó la monitora.

Lady Gaga pagó solo por la clase. "No sé cuánto le cobramos, pero no fue algo desorbitado porque no nos vamos a aprovechar de nadie. Salió contenta y dijo sé que pagaba lo que le pidiésemos", relató Keila Velón.

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